Tú tampoco me conoces y me da igual si te importa, porque a mí, créeme, me importa nada. No soy UDI, tampoco Opus Dei, me apesta la música de Anita Tijoux y no, no vivo en el barrio alto. Y es que no es necesario ser UDI, Opus Dei, vivir en el barrio alto o gustarte la música de Tijoux para darse cuenta de la envidia y el resentimiento en las palabras de tu carta.