El suicidio —la quizá máxima expresión de lo que a decisiones humanas se refiere—, eso de lo que, como tabú, nadie habla. El secreto a voces en el que todos piensan, pero que nadie comenta. Esa opción definitiva, personal, interior e irreversible que todos como idea experimentamos durante nuestras vidas, esa idea que juega con el limbo y que sólo algunos logran ejecutar.
Siempre ha sido un misterio —y motivo de debate— la clasificación del suicidio como una acción propia de cobardes o más bien una propia de valientes. Transversal como pocas cosas en el universo: el suicidio no sabe de tiempo, espacio, educación o dinero: simplemente está. Es.
Sin poder decir si es la decisión que acompaña a cobardes o a valientes, la que hacen propia mentes enfermas o desesperadas, o personas superadas por el saber, pareciera ser que el suicidio, como decisión, es más bien propia de sujetos débiles —digamos cobardes— y de individuos altamente destacados: mentes privilegiadas, valientes.
A continuación el desenlace de cuatro destacados personajes que durante el siglo pasado terminaron con sus vidas de manera un tanto original, un tanto excéntrica, muy de la mano quizá del sofisticado nivel intelectual que durante su trayectoria lograron desarrollar. Sin más, aquí la lista de los estrambóticos suicidios de cuatro grandes del siglo XX:
4. Inhalación de gas natural
Rembrandt Bugatti — ✝París, Francia, 8 de enero de 1916
Nacido en el seno de una familia con un sofisticado roce social, Rembrandt Bugatti desarrolló su carrera artística —tanto en su casa de París como en la de Milán— entre visitas de artistas de la talla de Lev Nikoláievich Tolstói y Giacomo Puccini, et al. No obstante el éxito y reconocimiento alcanzado por Rembrandt —fue autor de una variada colección de esculturas de animales en bronce—, éste no pudo contra la depresión —contra la que luchó durante años— y que lo superó de manera irremediable sumiéndolo en un estado depresivo del que no logró escapar y que lo llevó, a sus 31 años, a terminar con su vida: Bugatti se suicidó inhalando gas natural el 8 de enero de 1916 en París. Sus restos se encuentran en el panteón de su familia en Alsacia, Francia.
3. Lanzamiento de cabeza por la escalera
Primo Levi — ✝Turín, Italia, 11 de abril de 1987
Incluso hoy la real causa de muerte del escritor italiano de origen judío sefardí —sobreviviente del holocausto y creador de Si esto es un hombre, et al— sigue siendo un misterio. Aún cuando su familia y alguno de sus biógrafos no comparten la teoría que propone el suicidio como causa de su muerte, es ésta la teoría más aceptada sobre lo sucedido el sábado 11 de abril de 1987 en Turín: Levi —quien sufría un cuadro depresivo provocado por su estadía en Auschwitz Monowitz durante el holocausto— se dejó caer por la escalera de su casa en Re Umberto 45. La teoría secundaria habla de un accidente como consecuencia de que Levi trataba su depresión con psicofármacos, situación que le habría provocado una disminución de la presión sanguínea que habría desencadenado el accidente que culminó con su vida. Hasta el día de hoy, no se han encontrado notas de Levi que justifiquen su muerte.
2. Inmersión con los bolsillos llenos de piedras
Virginia Woolf — ✝Sussex Oriental, Inglaterra, 28 de marzo de 1941
Virginia Woolf es sin duda una de las escritoras más relevantes del siglo XX, condición que no la exentó de sus reiterados y severos cuadros depresivos y de su trastorno bipolar, dos estados contra los cuales por años luchó —primero a raíz de la muerte de su madre Julia el 8 de mayo de 1895 y dos años después por la de su media hermana Stella, la de su padre en 1904 y, finalmente, la de Jack Hills, su esposo, por peritonitis durante la luna de miel— sin resultados favorables hasta ser abatida el viernes 28 de marzo de 1941, día en el que Virginia llenó con piedras los bolsillos del abrigo que vestía y se lanzó a las aguas del río Ouse —en las cercanías de su domicilio— dejándose llevar por la corriente y muriendo por inmersión. Su cuerpo fue hallado el 18 de abril del mismo año. En la última carta a Hills, Virginia escribe:
I feel certain I am going mad again. I feel we can’t go through another of those terrible times. And I shan’t recover this time. I begin to hear voices, and I can’t concentrate. So I am doing what seems the best thing to do. You have given me the greatest possible happiness. You have been in every way all that anyone could be. I don’t think two people could have been happier till this terrible disease came. I can’t fight any longer. I know that I am spoiling your life, that without me you could work. And you will I know. You see I can’t even write properly. I can’t read. What I want to say is I owe all the happiness of my life to you. You have been entirely patient with me and incredibly good. I want to say that everybody knows it. If anybody could have saved me it would have been you. Everything has gone from me but the certainty of your goodness. I can’t go on spoiling your life any longer. I don’t think two people could have been happier than we have been.
1. Intoxicación por consumo de agua

Andy Warhol — ✝Nueva York, Estados Unidos, 22 de febrero de 1987
Andy Warhol —por excelencia el padre de la cultura pop— es el último de esta lista. Como muchas muertes —particularmente las de celebridades— la de Warhol nunca fue completamente esclarecida. La versión más difundida de su muerte habla de una intoxicación por sobredosis de líquidos que se habría provocado por un excesivo consumo de éstos en su período de convalecencia posterior a una intervención quirúrgica por vesícula biliar. Ya que la intoxicación por líquidos —digamos agua— se obtiene, en condiciones normales y para una persona sana, al traspasar el umbral de consumo de siete y medio litros de agua por día a razón de no más de uno y medio litros por hora, es de extrañarnos que hubiese sido esta muerte una asunto casual. Así las cosas, la versión más underground de la muerte de Warhol sostiene que el padre del pop art decidió por sí mismo sobre el día y las circunstancias de su muerte.
Bonus: Salto desde el piso 86 del Empire State
Evelyn McHale — ✝Nueva York, Estados Unidos, 01 de mayo de 1947
Sin quererlo y con el paso de los años Evelyn McHale se convirtió —post mortem— en un personaje de la mitología popular gracias a la hoy en día célebre fotografía que el 1° de mayo de 1947 Robert C. Wiles tomara de su cadáver —y que hiciera mundialmente conocida la revista Life a página completa en su publicación del 12 de mayo de 1947— luego de que ésta se lanzase desde el octogésimo sexto piso del Empire State en New York. La imagen muestra el cuerpo de McHale sobre un vehículo de la época —el cual quedó completamente destruido por el impacto— en una posición de tal belleza y precisión que muchos pensarían que se trata más bien de una puesta en escena que del fatídico desenlace de una suicida. Es catalogado, con justa razón, como el suicidio más bello de la historia.