El escritor no tiene a quién escribirle

Pienso en aquellos momentos en que la mente te pide a gritos que liberes de su prisión a las palabras que tienen sed de verse plasmadas en un escrito, todas juntas, una con otra haciendo un orden perfecto, una armonía única, una combinación sublime… Es en esos instantes cuando comienzas a escribir, y en eso viene la satisfacción de haber creado… de ver tu creación frente a tus ojos…

Y pienso también en la sonrisa de aquella persona que podría estar leyendo esto sabiendo que es para ella, que todas las letras tienen un orden pensado sólamente para ese ser que ronda tus pensamientos de cuando en vez, que hace que tus días sean más brillantes y hace que pienses que después de un tornado de cosas malas, siempre viene la felicidad. Esa persona que le da el sentido a tu andar.

Pero la verdad es que no puedo negar que detrás de este escrito hay una persona dando vueltas por mi mente, que sin siquiera imaginarlo ya se ha ganado un lugar importante en mí, porque me alegra mis días, y que esté ahí me hace pensar que puede haber algo especial…

Y en instantes como este ansío saber el reaccionar de esa persona especial… cuál sería su impresión al ver que un simple mortal quiere dedicarle sus palabras, saber que es la inspiración de alguien que le tiene un cariño enorme… de alguien que cuando ve una ramita de canela siempre piensa en ella…

…from someone that always think of her when he sees a cinnamon straw…

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