Diálogo

-Te lo preguntaré por última vez, ¿quién eres tú?
-¿Yo? yo no soy nadie, por lo menos hasta que me nombres y yo me convierta en lo que tú quieras que sea. Sabes perfectamente que no soy un accidente.
– …Pero, ¿hasta qué punto, tú eres yo?
– Depende de cuánto poder estés dispuesta a darme. Yo soy tu sombra. la parte de ti que se despierta en las noches, cuando nadie puede verte.
– Tú eres la parte de mí que me apunta con el dedo y se ríe de mí. Tú eres mi culpa, tú quieres comerme desde adentro y consumes mi energía, debería matarte ahora mismo.

– Tú me necesitas, tú eres yo, solo que me has encerrado bien adentro, y en las jaulas de tu mente me hice grande, me enojé, atenté contra ti, ¿cómo crees que me sentí yo allí dentro? Sabes perfectamente que alí solo hay cosas espantosas, recuerdos que me han envenenado de rabia y rencor hacia ti por dejarme allí con ellos. Tú me abandonaste ahí dentro, yo antes era simple sentido común.
– ¿Siempre estuviste ahí? creí haber nacido sin culpa ni sentido común…
– A medida que creciste, crecí contigo. Siempre estuve ahí y nunca fuiste capaz de concederme la palabra, me ignoraste, me ignoraste hasta que empecé a atormentarte.
– No quiero más de esto – se acercó y le tocó la espalda- ¿Cómo te apagas?
– -alejándose- Ojalá yo lo supiera-

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