Quisiera tomar de una vez todos mis pensamientos y echarlos al aire,
que vuelen,
que contaminen el ambiente con su hálito tóxico,
que desintegren los metales con todos sus óxidos.
Que el olvido y el recuerdo se batan en duelo en el estadio nacional,
que el amor y el odio se postulen para presidentes y la gente vote.
Que los malos recuerdos trafiquen drogas en las poblaciones,
que los buenos momentos perfumen las plazas y calles,
que los seres amados se materialicen para el deleite de mis imaginaciones.
Que la ira, el despecho y la rabia, se metan en droga y se fumen entre ellos
que la confusión se vuelva smog
la ansiedad cigarros
el descaro una revista porno
el miedo un monstruo
la histeria un terremoto
el stress una taza de café
que la locura recaliente el planeta.
Que el dolor… que el dolor se haga magma
las heridas volcanes.
Que las frustraciones sean edificios grises en el centro.
Que todas las opiniones formen un cenado corrupto,
que el miedo y el dolor se unan en un partido,
que la temeridad y el amor formen otro,
que mis conflictos sean guerras civiles,
que las crisis existenciales sean crisis económicas.
Para que dentro, ya no molesten más.