Si hay una cosa que aborrezco a niveles inconmensurables es la ignorancia al momento de escribir. Por ello es que siempre he tenido la costumbre de escribir muy bien, de preocuparme por cada palabra que utilizo y por investigar respecto de aquellas que desconozco. Al respecto, mis dos grandes instancias de acreditación de este conocimiento habían sido el par de veces que he rendido la PSU. Sí, la he rendido dos veces. El mejor de los éxitos para quienes la rindieron ayer, y la terminan de rendir hoy. Pero eso no dice nada.
En la universidad tuvieron la genial ocurrencia de no sólo pedirnos acreditar el dominio del inglés, cosa normal a estas alturas, sino que también el de la lengua nativa, es decir, el de la lengua castellana. Era un desafío para mí ésta acreditación. Nunca recibí una sólida preparación a respecto y, adicionalmente, ésta área del conocimiento está muy lejos de mis áreas de interés personal.
Paralelamente a este proceso, tuve la oportunidad de unirme al inside de Dawncoffee y poder desarrollar uno de los tantos hobbies que hace mucho quisiera desarrollar; el de escribir.
Nunca lo pensé así, pero cuando la instancia de acreditación, prueba, de lengua castellana se hizo inminente, sopesé lo crucial que podría llegar a ser el simple hecho de estar editando en Dawncoffee. Quizás este simple y circunstancial evento podría ayudarme considerablemente en este proceso.
Pasaron los días y la prueba llegó. Estuvo lejos de ser algo trivial y muchos salieron de ella inseguros de sus respuestas. Yo, por mi parte, salí seguro de haber desplegado todo mi conocimiento que, sabía, al respecto tenía. Pero todo esto tiene algo de azar, uno nunca sabe con certeza cuál será el resultado. Pasaron las semanas y la llegada del día de la entrega de los resultados era inminente. Ayer entregaron los resultados y mi ansiedad aumento a niveles críticos. De reprobar, debería hacerme partícipe de un curso con duración de un semestre. Situación nada amigable considerando el limitado tiempo disponible del que dispongo. Vi mi resultado y mi sorpresa fue mayúscula. Nota: 5,1 de un máximo de 7,0. Con esto, había obtenido la quinta calificación más alta de un universo de poco más de 60 alumnos que rindieron la evaluación en cuestión. Fue entonces cuando pensé en Dawncoffee y el aporte que hizo en mi el hecho de escribir acá, líneas como éstas. Por eso Dawncoffee, te quiero agradecerte.