El invierno… Quizás es la época del año más odiada por algunos y a la vez, más amada por otros. Es una época ideal para quedarse en cama viendo películas, tomar café, caminar bajo la lluvia y deleitarse con su esplendor. Pasar largas horas al lado de la chimenea pensando, divagando o tal vez gozando de un reconfortante abrazo.

El invierno es muy ideal si se tiene con quien pasar el frío. Para los que no, un buen café caliente es una gran solución, puesto que no hay nada que un buen café no solucione, aunque sea por un par de segundos.

Esta estación trae consigo días más cortos y noches de largas conversaciones que pueden ser con uno mismo o con un otro. Conversaciones que se vuelven prometedoras, pero antes de que éstas lleguen podemos contemplar la belleza de los atardeceres, de un hermoso ocaso, ver una linda puesta de sol y apreciarla como se merece, o contemplar algún anochecer iluminado por la cautivadora luna y las estrellas que brillan a lo lejos abriendo paso a las nubes, que en instantes se vuelven traicioneras y no nos permiten observar el maravilloso cielo.

En lo personal creo que cada estación del año es esencial. Ninguna es más o menos importante. En cada una de ellas se puede disfrutar de distintas maneras, ya que cada estación lleva consigo alguna frase maravillosa de la naturaleza y si no existieran, sería imposible maravillarnos con los diversos paisajes, hermosos colores que la flora y fauna nos ofrecen para el deleite.