La verdad

Inmerso en opiniones de todo tipo, en irrealidades que se materializan, en absurdos e ironías de esquemas mentales justificados como patrimonio, la vida del hombre post-moderno, no afronta un problema de falta de información, si no de discernimiento, entre cuál es la ideal y cuál no. Demasiada información, más allá de Internet y de los medios de masas en general, todos pueden hablar sin tapujos y sin miedos, pero también si discernimiento y más aún bajo el dogma. Y surge el problema, ¿quién posee la verdad?

Porque todos buscan sus intereses, porque los cánones ya están establecidos, porque no puedes opinar diferente y menos ver más allá, porque no hemos hablado con Dios, porque los que lo hicieron ya han muerto, porque la ciencia se contradice, porque errar es humano, porque filosofar es de viejos amargados, porque mentir es valido, porque se puede omitir, porque si no está firmado no vale, porque se puede tergiversar, porque soñar es irreal y vivir en una burbuja; fomentado por la sociedad. Simplemente porque si no más. Por eso nadie tiene la verdad, hasta a veces incluso dudo de que esto sea verdad.

Por lo tanto, ¿quién tiene la verdad?… No lo sé, pero de tanto dogma, de tanta mentira, de tanta omisión, de las tergiversaciones mismas, de esa misma ciencia y ese divagar filosofal, inmerso en cabal irrealidad de sueños por abarcar, puedo conocer la verdad.

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