El buen y mal gusto

Ese sentimiento de rechazo que a algunos nos ocasiona el tan solo hecho de apreciar, percibir o estar cerca de algo de mal gusto. El detonante puede ser: un comportamiento, alguna conducta, una manía o incluso un objeto. Cosas de mal gusto han existido y seguirán existiendo por siempre. El problema se reduce a la respuesta de una simple pregunta:

¿Qué es el mal gusto?

El mal gusto, en una primera instancia, podría ser todo aquello vinculado a lo desagradable, o bien, si usted quiere, a lo que lisa y llanamente causa desagrado. Así, entendemos que lo que es de mal gusto para uno, puede ser de lo más agradable para otro. Es subjetivo.

Pero esto no es anarquía. Hay ciertos patrones bastantes consensuados que pueden variar de cultura en cultura, pero ese no es el centro de este artículo a los cuales uno puede acudir en la definición del mal gusto.

Un ejemplo a la chilena

Se entiende que es de buen gusto llevar algún no sé cómo decirlo, digamos presente, cuando se va de visita. Si, por ejemplo, el motivo de la visita se centra en el ocio y la camaradería, es de buen gusto llevar algún comestible ad hoc o un buen vino. Asimismo, para el anfitrión del encuentro es de buen gusto recibir a sus invitados de la mejor forma posible. Puede ser con comida, buena música, un espacio especialmente preparado para la ocación o como usted estime conveniente recibir a los invitados en cuestión.

Importante: Es de pésimo mal gusto llegar de visita a un lugar donde no sólo no se nos invitó, sino que, además, no se avisó con anterioridad sobre nuestra presencia.

Pero el buen y el mal gusto no terminan aquí. Hay muchos otros factores que influyen al momento de la categorización.

El caso de la ropa

Es de buen gusto vertirse bien y de acuerdo al lugar en el que estamos. Con esto no digo que debamos usar cara y/o exclusivas prendas de vestir. Sólo estoy diciendo que muchas veces hay que tener tino, críterio, sentido común o como quiera usted llamarle para encajar en ciertos lugares y momentos. Miradas conservadoras opinan que es de mal gusto andar con la ropa arrugada. Que es símbolo de falta de aseo y/o despreocupación, dicen.

Cocción transversal de las habas

El caso extremo es el de cierta escuela de oficiales de las fuerzas armadas chilenas que no nombraré porque no tengo ánimo de comprometerme con autoridades marciales de nuestro país, en la cual es muy mal visto que para las instancias que tienen las familias de los aspirantes a oficiales para visitarlos, las hermanas de estos últimos vistan con unos simples jeans o que vayan vestidas de multicolor. Y no sólo eso, sino que internamente se manejan ciertos códigos internos asociados a la adquisición y uso de ropa que prefiero no detallar, precisamente, por lo patético de su detalle. ¿O usted es de los que creen que es casualidad que cuando están en son de civil su vestimenta es evidentemente estandarizada? No, no es casualidad.

Pórtate bien

Otra cosa que es de mal gusto tiene que ver con los modales. Hay muchos modales que a alguien pueden molestarle, incomodarle o, incluso, hacerle perder la paciencia. Y es que no puede haber cosa más desagradable que alguien que no sabe contextualizarse en el lugar o momento en el que se encuentra. Aún así, nunca falta el personaje que se ríe en el funeral, al que le suena el teléfono en misa o el que, simplemente, no sabe siquiera dirigirle la palabra a otro. Y es que definitivamente hay gente con falta de mundo, gente de mal gusto.

Bonus: Es incalíficable esa maldita costumbre que tienen algunas personas de llevarse las sobras lo que no se usó/consumió en alguna reunión social por el simple hecho de que ellos lo compraron. Si lo invitaron y lo pasó bien, no sea de tan mal gusto y, si cree que algo puede hacer con lo que no se ocupó, déjelo para el dueño de casa. Es lo mínimo, no sea miserable y delo en forma de reciprocidad al anfitrión del evento.

Comentarios